lunes, 6 de abril de 2009

Lluvia de pensamientos

Por: Sonia Mordan
Cuando crecemos nos vamos creando expectativas de lo que será nuestra vida en el futuro, a las mujeres nos crían con la filosofía de que debemos formar familia, de casarnos con un buen hombre, tener hijos y todas las cosas que implica. En eso entra también nuestra vida como profesional y el rol que jugamos en la sociedad. Pero en el discurrir de esa etapa, no nos ocupamos de hacer el engranaje para que todo fluya de la manera en que lo hemos proyectado.

Se puede llamar amor a una sensación placentera y en el fondo egoísta, o a la entrega más generosa y desinteresada.

Nos apresuramos a vivir creyendo que todo se detiene en ese “maravilloso momento” cuando conocemos a esa persona, con la que compartiremos el resto de nuestros días, como si no existiera nada más.

Es cierto que los deseos no satisfechos nos traen decepciones y estas son mayores cuando te das cuenta que vas sólo transitando el camino, sin alguien que te acompañe al ritmo del compás que vas… y es ahí cuando llega el desengaño y la frustración.

Desaparece la magia llevándose consigo anhelos e ilusiones y deja a su paso una estela de sin sabores y desaliento, suele pasar que el tiempo deteriora la relación, la emoción del principio se convierte en monotonía. En este punto se intenta todo por rescatar lo perdido. Si se ha tocado fondo intentando inútilmente recuperar el amor, es mejor leer las señales y retirarse a tiempo.

Nunca será fácil entender porqué algo que fue maravilloso haya terminado en un cúmulo de peleas y ofensas, pero será posible de superar si se dejan de lado los sentimientos de culpa, como si una fuera Fiona, la novia del ogro del pantano “Shrek” y se piensa en seguir adelante.

Hay casos en los que nos cuesta reconocer, que es a nosotros mismos a los quedebemos perdonar; porque nos culpamos de muchas de las cosas que pasan anuestro alrededor, juzgamos muy severamente nuestros errores, nos atormentamos por lo que dejamos de hacer o hicimos mal, todas esas historias de amor y amistadque no lograron terminar de escribirse o que tuvieron un triste final… y nosquedamos estancados en el pasado sin poder avanzar, negándonos la oportunidad de empezar de nuevo.

Las personas solo tienen una necesidad: Amar. Cuando se descubre esto entonces la persona es transformada. El amor no es dependencia, no es compartir nuestra soledad. El amor no es deseo, el amor cuando verdaderamente existe aparta el miedo. Amor significa, al menos, ver a la otra persona tal cual es, eso es lo mínimo que se puede pedir cuando se quiere amar.

Todos hemos experimentado la realidad del amor, que nunca se vuelve más elocuente que en el fracaso: cuando hemos perdido al ser amado de una u otra manera.

No todo está perdido, tenemos la oportunidad de seguir viviendo, restaurando lo que está destruido, de renovar el corazón herido, devolviendo la fe y la paz que se había perdido…Es pura utopía el preocuparse por hacer felices a los demás si nosotros mismos no lo somos. Hay que comenzar, pues, por uno mismo. Sólo haremos felices a los demás en la medida en que nosotros lo seamos.

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